Farc aprueban Acuerdo de Paz. La esperanza crece.

Desde el 17 de septiembre, las FARC realizó su última conferencia en armas a pocos días de abandonarlas. Además respaldar en pleno el Acuerdo Final de Paz logrado en La Habana, la guerrillerada abrió sus vidas al mundo mostrando la intimidad de sus campamentos y sus sueños de un nuevo país. La X Conferencia de las Farc culmina con más optimismo que miedos, y disposición a trabajar para que la paz sea una realidad.

Por: 
Generación Paz

Los días se viven al puro estilo guerrillero. Caletas. Bichos. Música popular. Botas de caucho. Historias de amor. Anécdotas de guerra. Y discusiones diarias sobre el futuro de las Farc. 250 delegados por todos los Bloques expusieron sus opiniones sobre el Acuerdo Final que se firmará este 26 de septiembre en Cartagena, a puerta cerrada, discutiendo también cómo transitar de organización militar a una meramente política, y eligiendo, además del Secretariado que se reafirmó, a los integrantes de las comisiones que serán los focos de trabajo de las Farc en los próximos años.

Durante una semana, El Diamante recibió más de 7 mil personas que llegaron a esta apartada vereda del municipio de San Vicente del Caguán, algunos en carro desde Bogotá sumando más de 20 horas de viaje, y otros cruzando océanos, aeropuertos, riachuelos y peajes comunitarios que los campesinos cobran como aporte por apaciguar los huecos de las vías de estos rincones donde aún no llega el Estado. Unos cuatro mil guerrilleros llegaron, en cambio, a pie cruzando montañas y arrasando yerba por estos Llano del Yarí, extensos territorios de tierra colorada donde la ganadería y la cocaína han dado de qué vivir a los olvidados campesinos.

Muchos campesinos tomaron sus propias motos y prestaron las de sus familiares para rodar por diez o quince horas hasta el lugar, hoy convertido en feria donde se pasean entre la guerrillerada personalidades de la izquierda como Piedad Córdoba junto a corresponsales de prensa del mundo entero. Todos se sacan fotos, se abrazan y hasta bailan juntos en las noches culturales que cerraron cada día de esta histórica Conferencia. Algunos esperaron incluso con regalos a los miembros del secretariado la salida del anuncio que, al medio día de este viernes 23 de septiembre, sacó lágrimas algunos y abrazos entre todos.

Marquez, jefe de la Delegación de Paz, le dio a los medios su “parte de victoria”. “Informamos al país, a los gobiernos y pueblos del mundo, que los guerrilleros y guerrilleras delegados a la conferencia han dado su respaldo unánime al Acuerdo Final de La Habana reafirmando la cohesión interna que ha caracterizado a las Farc en su trayectoria rebelde”. A su lado se encontraban los también comandantes Carlos Antonio Losada, Joaquín Gómez, Pastor Alape, entre otros, junto a dos mujeres que reafirmaron que el protagonismo de la mujer se tomó esta X Conferencia: inolvidable no solo porque fue la última en que miles de hombres y mujeres de origen humilde empuñaron sus armas, sino por tratarse del evento de mayor cubrimiento mediático en Colombia en los últimos años.

Más de mil periodistas se acercaron a El Diamante, de todas las maneras posibles y con acentos e idiomas que los guerrilleros terminaron por imitar. Recuérdame de qué país vienes, le decían los comandantes a los rubios de español pausado que, junto a centenares de comunicadores populares, les entrevistaron a lo largo de la semana a las seis de la mañana, el medio día, o el concierto de la noche, momentos en que podían salir por una o dos horas de la sesión de la Conferencia, que fue reservada día a día.

Fue una semana de camping, cocina criolla, y palabras emotivas donde los guerrilleros expresaron sus anhelos de reencontrar sus familias, y, sobretodo, de trabajar en función de construir un país diferente. Justicia social, paz sin impunidad, fin del paramilitarismo, cárceles llenas de pobres, sabemos que nos hemos equivocado, pedimos a las víctimas, participación de la mujer, y plebiscito, fueron palabras reiteradas a lo largo de la Conferencia que, más allá de las paredes blancas del área restringida, fue todo un acontecimiento para el mundo.

Dijo Iván Márquez, en la última rueda de prensa de la semana, que “la Conferencia Guerrillera ha reiterado su confianza en el Estado Mayor Central y su Secretariado destacando que ha conducido con acierto el proceso de reconciliación y determina la ampliación de dicha instancia a 61 integrantes para lo cual ha dispuesto realizar en los próximos meses un pleno que además se ocupará de las tareas políticas por venir”.

Una de ellas, quizá la de mayor envergadura, es Implementación. Entregar las armas, convertirse en un partido político legal, contribuir a una exitosa reforma rural, reparar a las víctimas y pasar por el Tribunal de Paz no serán tareas fáciles. Además de conocer el Acuerdo Final y votar un gran sí, para unirse y acordar estrategias en lo que sigue fue que se realizó esta Conferencia inolvidable no solo para aquellos que pudieron reunirse con sus familiares, como la madre que pidió en una noche de concierto convocar a su hijo por micrófono logrando el sueño de su vida, sino para cada colombiano y extranjero que tuvo la oportunidad de compartir con la guerrilla por primera vez.

Las cocinas, los ríos, las trochas, los “cambuches” y las pistas de baile sirvieron para mezclar, quizá por primera vez, a la guerrillerada encumbrada en campamentos apartados por 52 años, con el mundo entero. Franceses que se sorprendían con el sabor del café del Llano, muchachos de Tolima o Antioquia que se enlistaron 20 años atrás y nunca habían escuchado nombrar si quiera países como Finlandia. Y periodistas jóvenes y viejos que aprendieron cómo se mata una gallina, el truco para cocinar en recipientes plásticos, o la manera de lavar ropa en charcos, y salir sin embarrarse.

Además de lo éxotico que fue para todos viajar por horas sin ver casas alrededor, y después del retén del Ejército, solo guerrilla y más guerrilla, la Conferencia sorprendió con una logística que jamás se había visto en Colombia: en 20 días, las Farc construyeron un pequeño pueblo en un rincón donde apenas había una fonda llamada El Diamante.

Nueve casas pequeñas con concreto, 500 caletas, salas de prensa, restaurantes y un gran escenario para espectáculos, entre otros, fueron instalados con la mano de fuerza de guerrilleros y guerrillas a quienes les dijeron: Pilas que vienen mil periodistas e invitados, sin lograr que lo creyeran. Luego, se improvisaron decenas de tienditas comerciales, venta de sombreros, pañoletas, empanadas y aguardiente. También un puesto médico y hasta una estación de gasolina. “No pensábamos que fuera a venir tanta gente, y tanta gente tan diferente”, decía Evelio del Bloque Oriental mientras paleaba la tierra para hacer un hueco, al tiempo que sus compañeros cortaban un novillo para dar de comer a la prensa y la guerrillerada.

Está contento. Sabe que pronto entregará su fusil y se aferrará entonces a esta pala y esta tierra, o quizá una de la Costa. “Donde me manden cumpliré la misión que me digan”, cuenta sudando como cada día que ha pasado entre este ejército ilegal que pronto será un partido político. Y repite, como los miles de insurgentes que hablaron con el mundo gracias a un internet que sacó paciencia a periodistas y farianos, que esperan que el gobierno cumpla y desean que la sociedad pueda aceptarlos. En El Diamante, la reconciliación ha comenzado.

La gente se abraza. Los periodistas corren. Los guerrilleros descargan otras quinientas sillas plásticas. Llega la lluvia. El wifi se estropea. Regresa la señal. El cielo se despeja. Muchachos y señores abrzan a Jesús Santrich y le agradecen tanto esfuerzo por la paz. Le entregan regalos. Él manda mensajes. Invita a la prensa a que rodee esta época y a los jóvenes a que tomen las riendas de esto que tanto nos ha costado. No es una paz en vano, hemos perdido a muchos, le repite a quince medios de comunicación que lo entrevistan a la hora del almuerzo. Se levanta apresurado al término del receso porque Iván Márquez le mandó llamar. Más tarde, el jefe de la negociación de paz anuncia que se acabó la guerra y que le digan a Mauricio Babilonia que ya puede soltar las mariposas amarillas. Que la paz nos abrace a todos.

Al caer la tarde, el comandante Jefe de las FARC, Timoleón Jímenez ¨Timochenko¨ clausuró la conferencia y agradeció esta segunda oportunidad.

 

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Cubrimiento de la Agencia de Prensa del IPC sobre la X Conferencia en:

http://www.ipc.org.co/agenciadeprensa/