Acuerdo de Paz

En las zonas veredales los enemigos ya no existen. Quienes no podían encontrarse antes porque ambos tenían orden de disparar, hoy empuñan martillos y calculadoras juntos. En los 26 rincones de Colombia donde las Farc espera volver a la democracia, cada mañana se abre un nuevo capítulo para el país: el de recoger las cenizas de la guerra y construir, literalmente, lugares para continuar el cese al fuego y reintegrar a los ex combatientes a una Colombia que aspira a ser diferente.

En plenaria de la Cámara de Representantes se aprobó ayer el acto legislativo que crea el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición (Sivjrnr). En aquel se estable, entre otros, el modo en que operará la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en la implementación del Acuerdo entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las FARC–EP.

Más de cincuenta años de guerra, dos generaciones inmersa en ella, nuestras historias giran alrededor de la muerte, el desarraigo, la pobreza y el abandono. Esta generación, tiene la gran posibilidad de poder construir y contar otra historia, la del fin de la guerra.

La esperanza de paz que hoy tenemos los amantes de la vida, no nos puede ser arrebatada, no nos perdonarían las futuras generaciones que dejásemos escapar de nuestras manos la paz. No podemos desistir a pesar de que nos siga costando la vida.

Hay avances. Pero también serios incumplimientos y riesgos. Ya casi son cuatro meses desde que se echó a correr el DÍA D, 1 de diciembre. La implementación avanza, pero es necesario acelerar y cumplir.

Fue amable el ambiente de la ampliada Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación de la Paz que se reunió en Cartagena este fin de semana. No se está acordando nada nuevo. Se repasan los pactos del Acuerdo Final y, punto por punto, se idenfica en dónde se ha incumplido, qué sigue, qué falta. 

Si fracasa el proceso de paz en Colombia, fracasa la humanidad.

¿Qué pasará con la esperanza si el colectivo fariano y demás liderazgos populares  no sobreviven a la paz? ¿Qué mensaje recibirá la humanidad y de manera particular las nuevas generaciones en Colombia si esto llegara a suceder? Resulta casi inevitable ser pesimista en una sociedad donde nace una campaña con la pregunta ¿Y si me matan? La guerra no puede ser el destino.

¿Cuál es el balance de las amnistías e indultos a la fecha (13 de marzo de 2017)?

Desde que se aprobó la Ley de Amnistía e Indulto (Ley 1820) el 30 de diciembre de 2016 los jueces, en medio del desconocimiento y de posturas individuales, han puesto una cantidad de obstáculos para que pueda hacerse efectiva en los casos que son merecedores de las medidas ahí contempladas. A la fecha, quienes han recuperado su libertad bajo la figura de amnistía e indulto siguen siendo una parte minoritaria de la población total de prisioneros y prisioneras políticas.

Más de ocho horas de discusión se tomó el último debate sobre la reforma de ley que crea la Jurisdicción Especial para la Paz. Con 61 votos a favor y 2 en contra la plenaria del Senado aprobó definitivamente la JEP en su curso por el Congreso. Era casi media noche. Y los ciudadanos, vícitmas y organizaciones defensoras de Derechos Humanos presionaban por la votación positiva a esta Justicia en las afueras del Congreso con actos simbólicos.

Estamos leyendo o publicando la información más reciente sobre un nuevo lídere asesinado en Colombia y, al tiempo, llegan las noticias de otros más. Es abrumadora la cantidad de comunicados y notas de protesta que cada semana emiten organizaciones sociales y defensoras de Derechos Humanos en todo el país.

“Julián Subverso”, el guerrillero que La Habana delegó para integrar el equipo coordinador del plan piloto de sustitución de cultivos ilícitos, explica qué tanto se ha avanzado en Pueblo Nuevo y las demás veredas de Briceño, Antioquia, que hacen parte de la ambiciosa apuesta trazada por gobierno y Farc en el Acuerdo Final de Paz.

Con 26 años de vida en la guerra, Ovidio se prepara para regresar a la vida civil. Conseguir ropa, dejar su fusil, luchar por el poder lejos de las trincheras es un reto para este hombre de madre indígena y padre costeño que hace parte del  Bloque Martín Caballero. Como él, miles de guerrilleros despiden el 2016 como el histórico año en el que la organización guerrillera decidió que, para el bien de Colombia, es el momento de abandonar la fuerza para conseguir sus ideales.