Esmad

La plaza principal de Tunja se copó de ciudadanos y ciudadanas hartos de décadas de injusticias. Hacen parte de los cientos de miles que están cada noche, y en el día, marchando, cantando, y golpeando cacerolas para pedirle al gobierno de Iván Duque un pliego de solicitudes que van desde detener sus reformas laboral y pesional hasta cubrir el Acuerdo de Paz.

Decenas de miles de personas están en las calles de Colombia en medio del Paro Nacional que comenzó el pasado 21 de noviembre convirtiéndose en la movilización social más importante en la historia reciente de Colombia. También en una gravemente reprimida con desmanes de las autoridades que fueron ya denunciados penalmente, tras seis días de protestas y represión continuas. Este martes delegados acudieron a la mesa de conversación con el gobierno Duque, y miles más se movilizaron en redes sociales.

Las comunidades de los municipios de Segovia y Remedios, nordeste antioqueño, marcharon el pasado viernes contra la violencia que se vivió iniciando la semana, durante el paro minero. 

Denunciaron que el paro se adelantaba de manera pacífica hasta que llegó el Esmad. Los enfrentamientos dejaron una casa quemada, policías y mineros heridos. Incluso el personal médico (como puede apreciarse en video) está siendo víctima de los ataques desmedidos de la Fuerza Pública mientras intenta auxiliar a los heridos.

Según la mesa minera:

I

Víctimas por tercera vez

Es enero de 2017 y, mientras en Colombia nos preocupan los avances del proceso de paz con Farc, en una ladera de Medellín 5 mil personas empiezan a ser expulsadas -por la fuerza- de su tierra prometida: lotes y ranchos que les vendieron grupos ilegales los últimos diez años ante el silencio de las autoridades, las mismas que hoy los re-victimizan y despojan de lo poco que han logrado conseguir tras años de huir de la guerra.